Su avión salió de madrugada, cuando todos cabezeamos de sueño incompleto y miedo agazapado.
Las prisas, el corre corre y abro la maleta y saco cosas, que tengo sobrepeso y no quito nada, que vamos al piso de arriba.
Ahora está lejos, junto a la Eiffel y susurrando al Sena. Rodeada de un jardín espléndido y miradas curiosas.
Se llevó pegada en la piel, sus ilusiones y deseos. Se llevó nuestro amor inmenso y nuestras ganas de hurgar en la distancia para verla de cerquita defendiéndose ante la vida.
Nos dejó un trozo incompleto. Un hueco que llenamos cada día de su risa franca y su negra melena, de sus chistes irónicos y su gracia de niña grande.
La soñamos, la pensamos, la admiramos por ser valiente, guerrera, miedosa sin miedo que se enfrenta a mundos desconocidos.
La tenemos cada día pegada a nosotros, queriéndola y mariposeando a su lado. Hasta que regrese fortalecida y llena de ideas buscando caminos. Te esperamos.....Te soñamos...
Te queremos.....
Precioso, Lenita. Me uno a tus palabras, a los quereres, a los buenos deseos, a las nostalgias, a la certeza de un regreso feliz con carga de experiencias y vida. Un abrazo.
ResponderEliminarMe ha emocionado tu escrito.
ResponderEliminarPor la ternura de su contenido y porque aviva mis recuerdos.
Un abrazo.