Entró ya por la puerta.
Lo veo decidido. Entero. Capaz. Un nuevo año.
Días cortando los minutos para pedir casi a todas horas.
Elevo una plegaria por los que se fueron solos. Por los que, en compañía, también partieron a patios con mas flores.
Y me quedo instalada en estas atalayas a pedir por cada día venidero.
Por
luz en cada rincón oscuro. Por cada beso en una boca solitaria.
Por un abrazo
una mirada a tiempo
una tarde de sol
un anochecer al arrullo de las olas
por miles de sonrisas en los niños
por las manos de mi madre
por las almas solitarias
por cada conchita que espera en la arena
por cada letra que pueda seguir escribiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario