Faro
A veces el faro se queda solo, aislado, sin aire.
Atrapada en un tiempo, la luz por momentos parpadea, amenazando
extinguirse.
Y es que el faro resiste, aguanta los embates de las olas,
la mordedura de los cangrejos, los coletazos de las sirenas,
pero nadie pregunta por el alma del faro.
Cuándo le duele
Cuándo mengua
Cuándo quiere apagar su brillo y no seguir alumbrando...