fuerte,,,,,,

De nuevo vuelvo a sentir la ilusión de la mirada soñada, de los pasos esperados, de la sonrisa que atrapa.
He masticado fuerte, de a poco, con ires y venires, con una pena honda, profunda. Encontré en el camino, senderos que me han vitoreado con disimulo.

Y así....sin pensarlo, empiezo nuevamente, a deshojar la margarita....

Ciertas cosas

Dios tiene un extraño modo de hacer las cosas.......

Aguacero

El aguacero entró en la galería.
Y se deslizó despacio por todo el suelo polvoriento. De a poquito se metió en la cocina, desde donde salían olores deseados a esa hora temprana. Siguió su camino hacia el fondo de la casa y salpicó alfombras y zapatos olvidados.
Quería llegar a los rincones olvidados de nuestra vieja casa.
Salió por la parte de atrás en busca de Elena, que miraba embelesada el tintineo al caer al suelo aspirando el perfume de las flores que rojas invitaban al amor y a la pasión.

Afuera, el aguacero seguía cayendo implacable¡¡¡

Mi espera.

Ernesto me invitó a ser su novia aquel día mientras merendamos bajo las ramas del naranjo. No lo pensé mucho, me desnudé de miedos y temores y le ofrecí lo que mi menudo cuerpo escondía.
 Fueron buenos tiempos, llenos de risas y lápices de colores, de recreos esperados y mañanas brillantes.
 Bajo aquel naranjo, me prometió volver de esa implacable batalla que lo llamó al frente. Todavía hoy espero su regreso, adivinando cartas que no llegaron, promesas que no se cumplieron. Me siento cuando cae la tarde bajo el aroma cercano del naranjo que planté en mi patio y, adivino en las manos regordetas de Tito, las suaves manos de su padre cuando escribía poemas para mi.

 Y allí.....esperamos.

noticias que no llegan.

Cuando llegamos ,era tarde. Ya había partido el pequeño camioncito naranja que, lleno de sobres y encomiendas, nos alegraba la vida cuando traía noticias de lejos, llenas de esperanza y amores entrelazados en la distancia.

Ese día no llegó la carta que esperaba. llegó uno igual, de espera y anhelo agazapado en mi pecho para el próximo paso del camioncito que nos dejaba llenos de polvo y pestañas marchitas.
Volaron alto las hojas secas de los laureles de la plaza, mezclando las finas gotas de polvo con el aire caliente pegado en la piel de la espera....

día nublado.

Hoy quiero esconderme. Caminar sin rumbo y alejarme. Me llevaré los recuerdos para irlos desmenuzando de a poquito. Aunque a veces pienso que sería mejor dejarlos bajo el árbol del patio, allí enterrados y que me esperen. Ir consiguiendo cosas nuevas que no me arrastren por caminos que no quiero pisar.
Amanece y sale un sol brillante que escupe libertades, desafíos diarios. Atardece y con él los pájaros recogen alas buscando cobijo.
Y busco. Busco entre olas, azules que se me pierden en el camino.
Busco andares diferentes. Camino lento disfrutando de colores del viento y arrullo de montañas, pero llegan vacíos.

Sin buscarlo.

Llegó de repente. Trepando por los cables del teléfono.
Instalándose en mi pantalla y en mis venas.
Oliendo a desconocido y a frases bonitas.
Oliendo a manos lejanas que no conozco y me hablan a lo lejos, quién sabe desde cual rincón.
Llegó regalándome horas tibias y desempolvando emociones que creí enterradas.

Aquí sigo....escribiéndole y leyéndolo....